lunes, 29 de octubre de 2007

Primer Encuentro Internacional de Narradores



Monte Ávila Editores, la Fundación Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello” y el Centro de Estudios Latinoamericanos “Rómulo Gallegos” (CELARG) han organizado para la semana del 5 al 9 de noviembre el Primer Encuentro Internacional de Narradores.

El evento reunirá a una veintena de narradores venezolanos y cinco narradores latinoamericanos. Según puede leerse en la carta de invitación, “tiene como finalidad posibilitar o abrir un necesario espacio para el diálogo entre los más importantes narradores contemporáneos de nuestra lengua y los narradores venezolanos de diferentes generaciones y, a su vez, entre ellos y el público lector venezolano, lo cual, creemos, será altamente estimulante, provechoso y enriquecedor para el desarrollo y dinámica de nuestro proceso sociocultural y de nuestra narrativa en particular”.

Entre los narradores que nos visitan se encuentran Mempo Giardinelli, Laura Mintegi, Oscar Collazos, Senel Paz y Marilyn Bobes. Los locales están representados por nombre de distintas generaciones como Antonieta Madrid, Carlos Noguera, Laura Antillano, Gabriel Jiménez Emán, Luis Britto García, Humberto Mata, Armando José Sequera, Ángel Gustavo infante, Eloi Yagüe, Gisela Kosak, Milton Quero, Rodrigo Blanco, Krina Ver, Ana García Julio, entre otros.

La programación la conforman foros, lecturas de textos narrativos, conversaciones con el público y talleres. Entre los temas que se abordarán durante el encuentro resaltan: “Las poéticas del narrador (¿Qué escribo?, ¿Porqué escribo?, ¿Cómo lo hago?)”; “Retos, tabúes y osadías de la narrativa latinoamericana”; “Papel del escritor en el proceso de integración latinoamericana”; “Autor, Editor y Lector: ¿una relación posible?”.

Los espacios del CELARG, la Casa Nacional de las Letras ”Andrés Bello”, la Universidad Bolivariana de Venezuela y el Museo Arturo Michelena serán los lugares donde se estarán realizando las distintas actividades en Caracas, así como la Universidad de los Andes en Mérida y el Ateneo de Valencia en Carabobo.

Yo estaré leyendo algunos de los relatos de Mensajes en la pared los días martes 6, a las 5:00 PM, en el Museo Arturo Michelena ubicado en la Pastora, junto a Marilyn Bobes, Milton Quero y Ana García Julio; y el miércoles 7, a las 4:30 PM, en la Universidad Bolivariana de Venezuela, junto a Marilyn Bobes, José Napoleón Oropeza y Gonzalo Ramírez Cubillán.

La programación completa del evento podrán encontrarla aquí.

jueves, 25 de octubre de 2007

La perfección de la esfera


Para los habitantes de la Grecia antigua, la esfera representaba la figura geométrica perfecta. Según Borges, el argumento de dicha afirmación lo escribe Platón en una de sus obras, El Timeo, y parte del hecho verificable de que cualquier punto de la superficie de una esfera equidista de su centro. Un razonamiento formal, fría y debidamente lógico, viniendo del maestro de Aristóteles.

Pero lo cierto es que muy pocas cosas en nuestro mundo, por decir lo menos, suelen aproximarse a la perfección. Quizás por ello el balón de fútbol, en sus inicios, comenzó siendo una figura amorfa, pesada y bastante alejada de la esfera veloz y liviana que conocemos hoy. De acuerdo al criterio de algunos entendidos, la prehistoria del balón de fútbol —como tantos otros inventos que han servido y sirven a la cotidianidad de los seres humanos— tendría su origen en la China milenaria.

Sería durante el gobierno de Fu-Hi que un individuo de tez amarilla y ojos rasgados se entregó a la curiosa tarea de apelmazar cerdas de origen vegetal y luego recubrirlas con pedazos de cuero crudo para finalmente fabricar el primer balón de fútbol. Por supuesto que entonces no existían grandes trasnacionales que reclamaran los derechos de patente ni campeonatos locales o mundiales que lo declararán el balón oficial del torneo. Esta inusual costumbre vendría siglos más tarde, como consecuencia natural e insoslayable de la condición y evolución del homo sápiens.

En 1839, otro invento contribuiría enormemente en el progreso del balón de fútbol: el caucho vulcanizado de Charles Goodyear. Hasta entonces los balones se comportaban de manera impredecible, algo similar a una “pelota loca”. A estas alturas me es imposible evitar una digresión y abrir un pequeño paréntesis para dejar fluir una interrogante que baila una especie de calipso en mi cabeza: ¿tendrían los grandes cobradores a balón parado, como Roberto Carlos, Ronaldinho Gaucho, Zidane, Juan Román Riquelme o David Beckham, frente a aquellas veleidosas pelotas locas, alguna posibilidad de forjarse la reputación con la que cuentan en nuestros días? Tal vez la pregunta sea algo ociosa, morbosa e igualmente inútil, pero, sin duda, no exenta de validez.

Antes del caucho vulcanizado, los modelos de balones utilizados estaban compuestos por doce a dieciocho piezas (los actuales usan treinta y dos) y se recubrían de cuero vacuno y bovino, aunque cuando los tiempos no eran favorables, se utilizaba piel de caballo y de conejo resultando su calidad ostensiblemente menor. El invento de Goodyear transformó esta realidad además de muchas otras. Él mismo, en 1855, diseñó y fabricó los primeros balones de fútbol de goma vulcanizada.

En 1872, la English Football Association realizó una revisión de su reglamento, creado nueve años atrás, para fijar las dimensiones y presión con la que debían fabricarse los balones de fútbol. Todavía hoy esas disposiciones continúan vigentes y son respetadas por la FIFA. Casi un siglo después, en el mundial de México ‘70, otros dos factores influirían en el diseño del balón de fútbol e incidirían en su rápida evolución en los años que siguen hasta nuestros días: la compañía Adidas y el mito Pelé.

Como tantas otras historias de objetos manoseados por un carácter mercantilista, a partir de esta fecha, el balón de fútbol entró en la espiral de lo espectacular. Ya no bastaba con que los balones fueran relativamente esféricos, livianos y resistentes: incluso debían de ser construidos veloces como las moscas. Sin embargo, del mismo modo que una moneda ostenta dos caras, la carrera hacia la perfección del balón de fútbol involucra a dos sujetos: ganadores y perdedores.

Dejando a un lado cualquier pretensión que vaya más allá de las canchas de fútbol y de los noventa minutos reglamentarios, estas notas no harán ningún tipo de referencia a las enormes ganancias de las marcas fabricantes ni a las condiciones de explotación en las que millones de trabadores viven en el tercer mundo para producir un balón. Entre ellos niños que deberían usarlo sólo para jugar. Mi interés es más elemental y deportivo: atacantes y arqueros.

Cada vez que un nuevo modelo de balón es presentado al mundo futbolístico, hombres como Bufón, Casillas, Oliver Kham y Víctor Valdés arrugan el ceño y guardan silencio. Otros, como Ronaldo, Terry Henry, Mista, el moro Morientes, Giuly o Van Nistelrooy no esconden su enorme satisfacción y entusiasmo por patear al nuevo juguete. Una vez más se repite la dantesca escena que ha acompañado a la historia de la humanidad: el perdedor calla y espera; el ganador canta y avanza.

Sería difícil y arriesgado predecir el futuro del balón de fútbol para los próximos, digamos, diez años. Más razonable sería acudir a la sentencia del argot deportivo que citan algunos comentaristas: el balón es redondo. No cabe duda que su sencillez extrema invita al escepticismo y a la sospecha. Aun cuando es preferible acudir a ella en lugar de decir que “el balón es una esfera”. Y esto sin ánimos de transitar territorios que domina la ironía o jugar a los dobles sentidos, sino porque, simplemente, los griegos ya no miran las cosas como solían hacerlo en la antigüedad. Y esto incluye, desde luego, a las figuras geométricas.

* Este texto fue escrito, por encargo, durante algún día de 2005, en vísperas del mundial de fútbol Alemania 2006.

jueves, 18 de octubre de 2007

Convocatoria a la III Semana de la Nueva Narrativa Urbana

Semana de la Nueva Narrativa Urbana convoca a nuevas voces.
La Semana de la Nueva Narrativa Urbana comienza a organizar su tercera edición (prevista para marzo de 2008), la cual tendrá como novedad la apertura de una convocatoria a fin de seleccionar los participantes de esta edición, para ofrecer más oportunidades a nuevas voces poco conocidas. Las bases que regirán esta convocatoria son las siguientes:
  1. El evento, que no es un certamen literario, tiene como objetivo dar a conocer el trabajo de las voces emergentes de la narrativa venezolana, por tanto podrán participar todos los autores venezolanos o extranjeros con más de cinco años de residencia en el país.
  2. Deberán participar con un solo cuento inédito, con un máximo de 12 cuartillas a doble espacio (30.000 caracteres sin espacio). Los autores seleccionados (los cuales formarán parte de la muestra) cederán los derechos de sus obras para la primera edición del libro resultante. Los cuentos deberán mantener su condición de inéditos hasta la publicación del libro.
  3. Deberán enviar sus cuentos (escritos en fuente Times New Roman a 12 puntos con doble espacio), acompañados de un resumen curricular. No se aceptarán trabajos con seudónimo.
  4. Los trabajos aceptados formarán parte de la III Semana de la Nueva Narrativa Urbana, la cual incluye el recital y el libro resultante. Además del pago de los derechos de autor, no hay premio en metálico para los seleccionados.
  5. En esta convocatoria no podrán participar los autores seleccionados en ediciones anteriores.
  6. Los cuentos deberán ser enviados hasta el 31 de enero de 2008, al correo electrónico: anateresatorresg@gmail.com, con copia a htorres@ficcionbreve.org.

lunes, 15 de octubre de 2007

Una duda razonable


¿Eliminan los derechos económicos de la creación cultural?

Según se pudo conocer por la prensa, dentro del nuevo grupo de artículos modificados por la Asamblea Nacional a la propuesta de Reforma de Constitución Nacional, se encuentra el artículo 98, en el cual se suprimen los derechos vinculados a los 'derivados económicos' de la creación cultural. A tal efecto, se eliminó el párrafo que dice: 'El Estado reconocerá y protegerá la propiedad intelectual sobre las obras científicas, literarias y artísticas, invenciones, innovaciones, denominaciones, patentes, marcas y lemas, de acuerdo con las condiciones y excepciones que establezcan la ley y los tratados internacionales suscritos y ratificados por la República en esta materia'.

Según el diputado Carlos Escarrá, uno de los promotores de la iniciativa, 'una cosa es inventar y otra los derechos derivados de la creación. Lo que se está suprimiendo es la explotación comercial capitalista, porque eso no es un derecho cultural', según se puede leer en la edición del 12 octubre 2007 del diario El Universal.

Escarrá agregó que 'una cosa es que tengas un hijo y otra que tú lo explotes comercialmente. La propiedad intelectual es la que tú tienes sobre una creación, ahora, los derechos económicos derivados de una propiedad intelectual son una cosa totalmente distinta'.

Según la escritora Ana Teresa Torres, con este cambio 'se violaría el derecho al trabajo de los escritores al eliminar su remuneración y convertirlo en actividad gratuita o adhonorem. Si bien son muy raros los escritores que en Venezuela pueden vivir del producto de sus libros, al menos reciben una compensación a través de los derechos de autor. ¿Elimina esta modificación los derechos de autor? ¿Elimina el derecho de exclusividad de los editores?', se pregunta.

Otras interrogantes que asaltan con esta modificación serían ¿esto da paso a la legalización de la piratería, al suprimir el derecho al beneficio económico de los creadores de cine, literatura y música? ¿Pierden vigencia instituciones y asociaciones de defensa de los derechos del autor, como SACVEN? ¿Se infiere que los creadores no tienen el derecho de vivir dignamente de su obra? ¿Quedará la creación artística como un pasatiempo, luego de hacer 'actividades realmente importantes para el colectivo'? ¿En esa nueva reforma, los diputados le niegan a los artistas y creadores el derecho a vivir de su creación?
Todos los creadores, y especialmente todo aquel que ha trabajado por una industria editorial fuerte y sana en nuestro país debemos estar atentos a este tema, y exigir que se aclaren las dudas derivadas de esta modificación del artículo 98, y poder ejercer las presiones adecuadas a fin de que no se menoscaben los derechos económicos de la reación cultural.

* Fuente: Boletín semanal de Ficción Breve Venezolana

martes, 9 de octubre de 2007

Cuando San Petersburgo fue Leningrado


El tema de la lucha armada de los años sesenta en Venezuela —léase guerrilla— ha sido abordado en no pocas ocasiones por nuestro cine.

Sobre todo aquél que se realizó en la década de los setenta.

Películas como Cuando quiero llorar no lloro (1973) y Crónica de un subversivo latinoamericano (1975), de Mauricio Walerstein; La quema de Judas (1974), de Román Chalbaud; Compañero Augusto (1976), de Enver Cordido; Canción mansa para un pueblo bravo (1976), de Giancarlo Carrier; País portátil (1979), de Antonio Llerandi e Iván Feo; entre otras.

Pero creo no exagerar si digo que ninguna de ellas aborda el tema desde una óptica tan original y personal —intimista, sería la palabra correcta— como Postales de Leningrado (2007), de Mariana Rondón.

El enorme atractivo de Postales de Leningrado reside sin lugar a dudas en la forma en que se cuentan los hechos. La voz y la mirada de esa niña omnisciente que narra en off, que de pronto nos hace pensar que, en un juego infantil muy bien armado, ha prestado voz e ingenio a una vieja película en super 8 que proyecta a escondidas en un rincón de su casa, cada día, una y otra vez, y que conoce al detalle; una película —a la que los espectadores concurrimos como fisgones— que es quizá su única manera de acercarse a unos padres condenados a estar lejos, siempre distantes. Porque ésta es otra de las característica de Postales de Leningrado: está narrada desde la nostalgia, desde la perspectiva de dos niños que esperan, que tienen en común la ausencia de sus padres.

La cinta de Rondón, pese a tratar el tema de la guerrilla, no es una obra política ni violenta. Desde luego hay escenas que nos remiten a la violencia de aquellos años, aunque casi nunca de manera explícita. Cuando la historia exige lo explícito, allí aparece de nuevo el ingenio de la niña narradora para pintar el horror con colores que no nos duelan, que nos conmuevan pero sin llegar a agredirnos. Gracias a este recurso hay momentos de gran belleza visual, momentos en que la pantalla estalla en imágenes oníricas, de gran contenido poético.

Sin embargo, en Postales de Leningrado también hay lugar para el humor. Un humor de colores pasteles, sutil e inteligente que se agradece. Un humor que en ocasiones se desprende del propio pasado, bien al recrear una cuña o al poner la lupa sobre los símbolos representativos de la cultura de la época. También hay lugar para los despliegues técnicos y de efectos especiales. Una de las secuencias finales de la película, que nada tiene que envidiar a las que vemos en el mejor cine independiente de los Estados Unidos —el fresco, el innovador—, transcurre en una tienda por departamentos. La escena parodia al cine de acción, de suspenso; de espías, para más señas; una deliciosa secuencia hecha con irreverencia, buen gusto, inteligencia y humor, donde lo visual y auditivo se entrelazan para golpear los sentidos del espectador.

En resumen, Postales de Leningrado es una película entretenida, divertida, con una gran carga poética que nos habla de la nostalgia de unos años duros, demasiado duros para unos niños que no tuvieron más alternativa que pintarlos de colores con su imaginación. No en vano el lema que escogieron para promocionar el film fue: “Se fueron a salvar el mundo y los seguimos esperando”. Tanto a ellos como a ese mejor mundo, más justo, que prometieron...

*Postales de Leningrado obtuvo recientemente el premio a mejor largometraje en el Festival de Biarritz y representa a Venezuela en la competencia por las postulaciones a Mejor Película Extranjera en la próxima edición de los premios Oscar.