lunes, 30 de abril de 2007

Contra el sectarismo

“El sectario quiere que los suyos salgan adelante a toda costa, aunque el conjunto del país sufra en su armonía o incluso corra peligro de desmoronarse. En su hemiplejia partidista valora las instituciones no en cuanto garantías de que todos puedan jugar limpiamente sino sólo en la medida que pueden ser utilizadas al servicio de su propia ideología: lo que no me sirve para ganar, debe ser desprestigiado e inutilizado.”

¿Les suena familiar? Sin embargo, en principio, nada tiene que ver con nuestro país (sólo en apariencia, claro). El fragmento anterior fue extraído de un artículo (con el mismo título de este post) escrito por el pensador español Fernando Savater, con respecto a la reciente polémica que se ha desatado en España tras los planes gubernamentales de incluir una nueva asignatura en los programas de bachillerato: Educación para la Ciudadanía. El párrafo continúa de esta manera:

“De modo que es importante enseñar a quienes pronto van a ser ciudadanos de pleno derecho, antes de que corrompan su juicio los maniqueísmos de sus mayores, el verdadero significado en busca de un bien común que tienen los mecanismo democráticos y el sentido de la separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Sobre todo, prevenirlos, antes de que por influencia de sus mayores o del ambiente los padezcan, contra los dos peores y más frecuentes sectarismos de nuestro espectro político: el clericalismo, por lo general apoyado electoralmente por la derecha, y el nacionalismo, apoyado también, por lo general, electoralmente por la izquierda. Luego puede ser ya demasiado tarde.”

¿Qué escribiría Savater si le hubiera tocado vivir los últimos 10 años por estas tierras? Sería muy difícil saberlo, por supuesto, pero menos difícil imaginarlo...

sábado, 21 de abril de 2007

¿Cuántos actos fallidos caben en un minuto?


Anoche asistí al estreno de “120 vidas x minuto”, la pieza más reciente del reconocido dramaturgo venezolano Gustavo Ott.

En los últimos dos años, el Teatro San Martín de Caracas se ha convertido para mí en una especie de oasis. Los espectáculos que suelen representarse allí, nunca dejarán indiferente a un espectador ávido por ver cosas nuevas.

Y “120 vidas x minuto”, ganadora del Segundo Premio del Concurso Nacional de Creación Contemporánea y Dramaturgia Innovadora de 2006, convocado por el IAEM, no podía ser la excepción que confirmara la regla.

Según el propio autor, en esta obra une dos hechos aparentemente inconexos: la muerte del artista cinético Jesús Soto en 2005, y el accidente aéreo, ocurrido el mismo año en la sierra venezolana de Perijá, en el que murieron 120 personas por negligencia de la compañía de transporte al no cargar con suficiente combustible los tanques de la nave. “Que el avión cayera por falta de gasolina en esa inmensa cuenca de petróleo y energía fue una metáfora que no pude quitarme de la cabeza por mucho tiempo”, dice Ott.

Con un planteamiento visual muy atractivo, unas actuaciones sólidas, escenografía y dirección no convencionales, “120 vidas x minuto” nos pasea a lo largo de cinco historias particulares y una colectiva, hilvanadas a través del discurso del maestro venezolano.

Todo sucede dentro de un avión a punto de aterrizar. Soto deambula como un fantasma por los pasillos del avión, exponiendo sus planteamientos estéticos como lo hiciera en vida, y como lo hace aún mediante su obra.

El espectáculo es geométrico. Está armado, estructurado, de forma tal que se produzca en el espectador el efecto de que las cinco historias particulares (y la colectiva, desde luego) ocurren al mismo tiempo. Por eso vemos que en un primer plano se representa la “historia de turno” mientras que en segundo plano observamos fragmentos de las otras historias. Un enorme hexágono en el centro de la escena, que a lo largo de la pieza se desarma y vuelve a armar, funciona como comodín: a un tiempo sirve como compartimiento de pasajeros y escenario dentro del escenario; incluso, como uno de esos aparatos que marcan el compás en música: el hexágono marca los cambios de tiempo o ambiente de la pieza. Por supuesto, como metáfora del horror, vemos caer el avión una y otra vez, una y otra vez.

Por lo hasta ahora descrito, vale decir que “120 vidas x minuto” no es una obra fácil; no ofrece concesiones al espectador. Sin embargo, por la estética y los movimientos que se despliegan sobre escena, y en especial por el trabajo actoral, consigue atrapar al público, lo mantiene hipnotizado de principio a fin. Y esto fue sencillo comprobarlo siendo parte de una sala llena a reventar como la de anoche.

En fin, “120 vidas x minuto” es un espectáculo de alta factura, donde los detalles han sido muy bien cuidados (la música ayuda enormemente, sobre todo en los monólogos de Soto y de la aeromoza Emily; las proyecciones, cambio de luces y la escenografía también agregan). La ficha artística (María Brito, Gonzalo Cubero, Luis Domingo González, David Villegas y Carolina Torres) hace alarde de su talento, sobre todo Luis Domingo, que nos muestra a un creíble Soto, y Carolina Torres, que nos lleva casi a las lágrimas con su monólogo de Emily, la aeromoza autodestructiva.

Quizá haya dos detalles que pudieran meterle, al comienzo, mientras se adapta, algo de ruido al espectador: la hiperkinética de los personajes en segundo plano y el sonido de las turbinas del avión que se escucha durante casi toda la obra.

Me complace en extremo este nuevo acierto de Gustavo Ott como dramaturgo y director.

Bravo por el Teatro San Martín de Caracas. Bravo por TextoTeatro. Bravo por Gustavo Ott.

sábado, 14 de abril de 2007

Mensajes desde Barcelona



The Barcelona Review es uno de los selectos espacios con los que la narrativa breve contemporánea cuenta en esa infinidad, esa otra "Biblioteca de Babel" que conocemos como internet.

Según la revista estadounidense Writer's Digest, The Barcelona Review figura entre las cinco mejores páginas literarias de la web. Asimismo, para la editorial Doubleday es «la mejor revista literaria electrónica de ficción contemporánea internacional».

Entre las interesantes cosas que ofrece The Barcelona Review, está el hecho de que la revista cuenta con sus respectivas versiones en idioma inglés, francés, catalán y, desde luego, español. Y eso, por supuesto, no es poca cosa.

Entre los bytes de la versión en español, los visitantes podrán encontrar textos con las firmas de reconocidos autores como Javier Marías, Juan José Millás, Juan Goytisolo, Sergio Ramírez, Pedro Juan Gutiérrez; y de algunos más jóvenes como Alberto Fuguet, Edmundo Paz Soldán, Santiago Roncagliolo, Juan Bonilla; entre muchos otros.

En el número más reciente de la revista, el 58, me han concedido el honor de dedicarme un espacio especial al publicar una reseña de mi libro de relatos Mensajes en la pared (Monte Ávila Editores, 2006) y el cuento que tiene la difícil tarea, en este libro, de darle la bienvenida a sus posibles lectores: Amnesia.

La reseña, escrita por Alejandro Marqués, finaliza de esta manera:

“Los relatos de este libro son un buen ejemplo de cómo se puede seguir haciendo buena literatura al margen de las modas, con un sentido certero del mundo que vivimos y una elegancia propia de los autores consagrados, lo que nos brinda la sensación de novedad y frescura aunque sea la misma buena literatura de siempre. Léanlo y disfruten.”

Muchas gracias a Ernesto Escobar Ulloa, editor de The Barcelona Review, por el interés y la entusiasta promoción que le ha hecho a mi libro Mensajes en la pared.

Vale aclarar que no es mi primer libro publicado, pero como si lo fuera.

miércoles, 11 de abril de 2007

Rebelión de perros en el CELARG



El próximo 18 de abril, a las 8:00 PM, el espacio de difusión Dramática Iberoamericana estará presentando en la Sala Experimental del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), el 1er Ciclo de Teatro Mínimo titulado, La rebelión de los perros, cuya finalidad es dar cabida a voces nuevas y consagradas de la dramaturgia iberoamericana a través de montajes minimalistas y lecturas dramatizadas.

Tomando como excusa al mejor amigo del hombre, este 1er ciclo presentará piezas breves de autores venezolanos como Loida Pérez, Vicente Lira, Juan Ramón Pérez, Gerardo Blanco, Víctor Vegas y José Antonio Barrios. Aun cuando son voces que están dándose a conocer en la dramaturgia nacional, algunos de ellos cuentan con una larga trayectoria en el mundo del teatro y otros han obtenidos premios en concursos de textos teatrales dentro y fuera de Venezuela.

Historia del hombre que se convirtió en perro, la emblemática pieza del reconocido dramaturgo argentino Oswaldo Dragún, se encuentra como centro gravitacional del ciclo, ya que sirvió de punto de partida para escribir el resto de las piezas. Son obras cargadas de humor e ironía, no exentas de un trasfondo de denuncia social que, al tiempo de provocar la risa en los espectadores, los invitará a la reflexión.

Las palabras de presentación de este 1er Ciclo de Teatro Mínimo estarán a cargo del prestigioso académico y crítico teatral Orlando Rodríguez.

La puesta en escena contará con las actuaciones de Germán Mendieta, Linsabel Noguera, Josué Gil, Mabe Hernández y Darwin Berroeta. Todos bajo la producción y la dirección general de Loida Pérez.